No hace tanto que los especialistas recomendaban comenzar siempre a
calentar estirando todo nuestro cuerpo, y especialmente las zonas más
implicadas en el ejercicio (por ejemplo, las piernas antes de comenzar a
correr). Pero los estudios al respecto de los últimos años desaconsejan
esa práctica. Aquí tienes 5 buenos motivos para "guardarte" los
estiramientos para otro momento:
- Disminuye la fuerza. Según un estudio publicado por
el The Journal of Strength Conditioning e Investigation, estirar justo
antes de una sesión de pesas disminuye los niveles de fuerza. Y una
revisión de 104 estudios anteriores realizada por la Universidad de
Zagreb (en Croacia) concluye que un estiramiento estático y mantenido
previo al ejercicio puede disminuir el rendimiento de los músculos
estirados en más de un 5 %.
- Tiene un efecto negativo sobre la potencia general.
No sólo la fuerza máxima se ve afectada negativamente por un
estiramiento previo, la potencia (fuerza explosiva, o en relación al
peso, fundamental en deportes de equipo, raqueta u oposición) también
puede disminuir más de un 2 % según los científicos croatas.
- Afecta a la resistencia muscular. Tampoco está
claro el efecto beneficioso de los estiramientos previos a los deportes
de resistencia, como la carrera o la bici, en los que, en definitiva, se
avanza gracias a la acción de las contracciones musculares. Los autores
de estudio croata afirman que los estiramientos mantenidos antes de la
actividad disminuyen la capacidad muscular de almacenamiento de energía,
clave en el rendimiento en este tipo de disciplinas.
- No disminuye significativamente el riesgo de lesión. El
estiramiento estático mantenido hace justo lo que esperamos que haga:
se relaja la musculatura y los tendones que los acompañan. El riesgo de
rotura muscular es algo menor, puesto que la musculatura está más
elástica, pero aumentan las posibilidades de lesiones articulares y
ligamentosas, puesto que nuestras reacciones son más lentas después de
estirar de este modo.
- Corres el riesgo de lesionarte antes de comenzar a entrenar.
Si estiras a modo de calentamiento, tu musculatura se ve sometida en
frío a un estiramiento intenso que puede causarte una rotura muscular…
sin haber comenzado siquiera a entrenar.
No hagas estiramientos estáticos y mantenidos antes de entrenar.
Es mucho mejor entrar en calor con una actividad ligera (trotar un
poco, algo de bici…) y después realizar movimientos amplios de
calentamiento que impliquen estiramiento dinámico: zancadas, saltos,
giros… Reserva los estiramientos estáticos mantenidos para sesiones
específicas de mejora de la flexibilidad.