
1) Bloquea los hombros
Baja los hombros (en dirección a los pies) como si intentaras alejarlos de las orejas. Así estabilizarás la parte superior de la espalda.
2) Aprieta el tronco
Mete la barriga un centímetro aproximadamente y aprieta el tronco como si te fueran a dar un puñetazo en la barriga. Así mantendrás el tronco rígido.
3) Aprieta los glúteos
Contrae los glúteos (y aguanta) para que no se te hundan las caderas. Así crearás un puente rígido entre el tronco y las piernas.