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martes, 8 de febrero de 2011

Cómo acabar los entrenamientos de carrera

Al igual que antes de empezar un entrenamiento debemos de hacer un calentamiento, al acabarlo hay que centrarse en que el cuerpo vuelva a la calma de manera correcta, para así mejorar los procesos de recuperación, evitar lesiones y asimilar mejor el entreno. Hoy os damos unos pequeños trucos sobre cómo acabar un entrenamiento de carrera.

Lo primero y más importante es volver al estado de reposo de manera progresiva. Es decir, no vale eso de acabar una tirada de 10 kilómetros, pararse y sentarse a descansar. Después de haber tenido a nuestro corazón un buen rato latiendo a más revoluciones de lo normal debemos pasar de correr a ritmo normal a ritmo bajo, después andar y al final pararnos. Podemos bajar el ritmo durante 2 minutos, después trotar muy suave otro minuto y acabar andando otro par de minutos antes de pararnos.

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Los estiramientos al final del entrenamiento de carrera también nos van a venir bien para desentumecer los músculos. Nos debemos centrar en isquiotibiales, glúteos, cuádriceps y gemelos. No se trata de hacer una sesión para mejorar la flexibilidad, sino de elongar suavemente esos músculos que llevan un buen rato contrayéndose. En ningún momento debe de aparecer dolor o sensación de molestia cuando realizamos estos estiramientos de vuelta a la calma.

La respiración también podemos trabajarla para volverla a la normalidad. Tras el esfuerzo nuestro sistema cardiovascular tiene una deuda de oxígeno que pagar, por eso la respiración todavía es agitada. Iremos pasando de inspiraciones cortas y menos profundas a inspiraciones largas, profundas y acompasadas con la espiración.

Hay a quien le gusta acabar los entrenamientos con series de abdominales. Si no hemos acabado excesivamente cansados no hay problema, ya que es un grupo muscular muy necesario en los corredores y este puede ser un buen momento para trabajarlo.

En definitiva, se trata de reestablecer la normalidad en el sistema cardiovascular, respiratorio y muscular, de ahí que bajemos el ritmo de carrera de más a menos, hagamos estiramientos suaves y nos centremos en una correcta respiración. No es buena idea, aunque algo muy tentador, tumbarse después del entrenamiento, ya que eso es pasar al cero absoluto y no a un estado intermedio de calma. ¿Y tú, cómo acabas los entrenamientos?