1 Disfruta en la cocina. Los buenos cocineros no tienen problemas de báscula, aunque te parezca un contrasentido 'cocinar adelgaza', primero porque controlas los alimentos y la forma de cocción, segundo porque te mueves al cocinar y tercero porque al llegar a la mesa, la mezcla de olores de la elaboración de un plato tiene un efecto saciante en el cerebro y hace que comas menos. Si la cocina no es tu reino, apúntate a un curso de cocina y aprende con profesionales, disfrutarás entre fogones, harás amigos y encima te comerás los platos al terminar.
2 Invierte en buenos instrumentos. Igual que necesitas unas zapatillas buenas para correr o una bicicleta con doble suspensión para mejorar en la montaña, también tienes que tener buen material para no engordar. Las claves son una olla a presión, una plancha de cocina que no necesita aceite, sartenes antiadherentes o wok para hacer platos de verduras como en Asia.
3 Empieza el día con un desayuno completo. Todos lo sabemos y pocos lo hacemos pero si desayunas bien el día se te hace más corto, trabajas mejor, entrenas con más energía y encima comes de todo a primera hora sin miedo a la báscula. Un desayuno completo debe tener todos los nutrientes: hidratos, proteínas y grasas. Es imprescindible incluir un lácteo y una fruta en él. En 'gustos no hay sabores' y puedes adaptar tu desayuno a tus preferencias.